domingo, 26 de julio de 2015
Cuento: El novenario de María
jueves, 2 de septiembre de 2010
JORGE DEBRAVO EN SAN ISIDRO DE EL GENERAL
POR: LUIS ENRIQUE ARCE NAVARRO.
Escritor y poeta generaleño
“Quedarás sobre el mundo, mujer, y sobre tus espaldas
seguirán emergiendo los volcanes,
resbalando las aguas como lobos hambrientos.
Pasando como flechas los hombres y los ángeles”
ººº
Jorge Delio Bravo Brenes es una de las trece personas con que se inician las labores de la Caja Costarricense del Seguro Social en Pérez Zeledón. El señor Bravo Brenes provenía de la ciudad Turrialba donde trabajaba en esa institución como oficinista desde el 16 de marzo de 1958.[1] A San Isidro de El General, ciudad principal del cantón Pérez Zeledón, llegó para ejercer el puesto de Inspector de Leyes y Reglamentos, nombrado a partir del 16 de setiembre de 1962[2]. En aquel tiempo la salud propiamente de cuidado inmediato y de tratamientos que requerían hospitalización se hacía en el Hospital San Isidro que desde el 20 junio de 1950[3] se constituyó en el único centro de servicio a la salud con dependencia de la Junta de Protección Social de San José.
En Pérez Zeledón la seguridad social que ofrece la Caja Costarricense de Seguro Social (de aquí en adelante C.C.S.S.) comienza a darse en Pérez Zeledón a principios de la década de los años sesenta del siglo XX. Las primeras experiencias y hechos se dan con personas y familias propiamente de la ciudad donde se instala la primera edificación situada en la esquina de la Av. 4ª y Calle 1ª, o sea cien metros al sur del atrio de la catedral. La afiliación, la inspección, cobros de planillas, pago de pasajes, consulta externa, laboratorio y farmacia, básicamente fueron los servicios con que se inicia el trabajo en el dispensario que al mismo tiempo fue sucursal. “Después fue aumentando, llegamos a tener ambulancia, servicio de trabajo social, o sea que conforme iba ampliándose el número de asegurados se notaba el crecimiento en cuanto a la cantidad de profesionales y servicios. Así fue desde el 4 de junio de 1962 hasta la universalización que se da en el año 1975. Comenzamos trece funcionarios y entre ellos Jorge Debravo que llegó en setiembre de ese año 1962 para trabajar como inspector”.[4]
Las personas que tuvieron relación laboral y amistad con el señor Bravo Brenes en San Isidro de El General y se les ha entrevistado para este trabajo, manifiestan complacencias por el hecho de haberlo tenido de compañero, a pesar de que en su momento fue una persona más de entre todas las del grupo de empleados que en San Isidro laboraban para la C.C.S.S. Por ejemplo Lilliana Prada, persona que laboró en esa institución desde su inicio en Pérez Zeledón, señala que Jorge siempre fue un buen compañero, que se llevaba muy bien con todos en el trabajo.
“Siempre encontré en él a una persona muy humana de un gran corazón. Se notaba lo mucho que quería a sus familiares, a su papá y mamá. ¡Bueno!, un excelente compañero que valoramos mucho, más ahora que sabemos detalles de su poesía, de que es un Benemérito de la Letras Nacionales. Tal vez en aquel momento no supimos valorarlo como hoy sí lo hacemos. No recuerdo que en algún momento me regalara algún borrador de sus poemas, sí que en oportunidades nos leía algo de sus trabajos demostrando especial carisma por la poesía”.[5]
Adolfo Rojas Acuña, otro generaleño compañero de trabajo y amigo en su momento de Jorge Debravo, valora altamente la oportunidad que le dio la vida de compartir con este notable costarricense. Hablar con Adolfo de Jorge equivale a rememorarle un tiempo de especiales vivencias. Eran los años jóvenes de su vida, de andar a la caza de toda sabiduría. “Debravo estuvo con nosotros”, dice, “solo ese honor lo hace a uno sentirse muy bien”, y agrega:
“Era una persona con mente fotográfica y una memoria fabulosa. Si uno le preguntaba por cualquier artículo de las leyes correspondientes a nuestro trabajo, él lo decía de memoria, pero lo más importante de Jorge era su forma de ser, su calidad humana. Fuimos compañeros y buenos amigos en su momento” [6]
Otro compañero de trabajo, Ulises Martínez, se expresa de Jorge de igual forma que distintas personas lo hacen de él. Resalta el señor Martínez la humildad y la inteligencia en Debravo, además pone de manifiesto cualidades que siempre admiró en él, destacándolo como:
“Un muchacho humilde, inteligente, muy sencillo en su forma de ser. Caminaba leyendo con la misma rapidez que uno camina sin hacerlo. En su escritorio se veían fotos de su familia, de sus hijos y de la esposa. En su tiempo libre recuerdo verlo en su escritorio leyendo o escribiendo. Se le oía comentar lo que leía a él mismo. Uno pensaba que era “loco” porque se escuchaba hablando solo. Ahora me siento muy orgulloso de haber sido compañero de este gran poeta nacional[7].”
No solo de sus compañeros de trabajo se escuchan notables conceptos, también se oyen calificativos distinguibles de parte de personas que lo atendieron como cliente en el comercio. Jorge trató de cerca con los comerciantes que le ayudaban con publicidad para el periódico “EL GENERALEÑO” que es uno de los ejemplos pioneros del periodismo escrito en San Isidro de El General. Debravo funda y publica este periódico, lo hace en dos ediciones[8], cumpliendo con la segunda en diciembre de 1963. En las páginas de EL GENERALEÑO se evidencia una vez más sus cualidades por dotar de calidad y seriedad a sus obras. Margarita Salazar[9], su esposa afirma que Jorge estudio periodismo por correspondencia, que en Turrialba dirigió EL TURRIALBEÑO, también otra de sus obras en comunicación, producto de su tenacidad y perseverancia.
El periódico EL GENERALEÑO lo financio con el aporte del comercio local. Pudimos ver y leer en el ejemplar que nos mostró Margarita anuncios de distintas casa comerciales, por ejemplo: “TIENDA EL TRABAJADOR”, “SODA LA SUPAYA”, “TIENDA LA GANGA”, “RESTARURANTE EL JARDÍN,” entre otros negocios que ahora forman parte de un pasado bastante representativo en un pueblo que en aquel tiempo daba sus primeros pasos hacia este mundo actual y globalizado, ejemplo de comercio total y de “capitalismo salvaje.”
En EL GENERALEÑO se lee la denuncia de la problemática en contaminación de los ríos, de las matráfulas en votaciones en la elección de juntas directivas de algunas instituciones locales, también el análisis de películas, notas sociales, noticias de deportes, o sea una variedad de trabajos con notable importancia local.
Debravo supo entenderse con la gente donde estuviera, su inteligencia emocional interpersonal funcionaba positivamente. Mientras en San Isidro de El General se dice bien de su persona, en Turrialba pasa lo mismo: que era un muchacho con inquietudes diferentes, que se le veía siempre con un libro, leyendo y caminado a la vez, que supo escoger sus lecturas. Entonces de él nos queda la imagen humana de alguien que siempre quiso ser como su gusto se lo pedía para el servicio y el bien de sus “hermanos”, palabra que tanto utiliza en su poética: /“Yo tengo una palabra/ que no vendo ni cambio: / “Hermano”/ Por ella tendré voz cuando acaben mis labios. / Yo siempre tendré hermanos/[10] (…) Por sus “Hermanos” hizo lo posible, también trabajó por liberarse de las ataduras físicas, mentales y religiosas del común social. “Algunos meses antes de su muerte lo vi en San José y me dijo que ya se había quitado un enorme peso de encima, la religión.”[11] Luis Carlos Díaz, profesor pensionado residente en Daniel Flores de Pérez Zeledón fue compañero de Jorge Debravo en tercer año de secundaria en el Instituto Clodomiro Picado de Turrialba. De ahí lo recuerda como una persona que nunca fue comprendida por sus compañeros de estudio, que incluso se le hacían bromas y mofas pesadas. “En aquel tiempo él ya daba señales de ser superdotado”, nos dice el señor Díaz, y añade que “en ese entonces ya hablaba bastante el francés, estaba metido en asuntos del hipnotismo; le gustaba el teatro, la declamación, es decir: insistía en todo lo que le diera saber y sin dejar de lado sus actividades muy propias, nos acompañaba en nuestros juegos y distracciones como el ciclismo.” El señor Díaz reconoce en su compañero de educación secundaria sus dotes especiales, su liderazgo original y sus luchas desde joven abriendo paso a la justicia con el trato humano. Según Díaz en 1959 organizó una huelga estudiantil y comunal para que el Instituto Clodomiro Picado tuviera nuevas instalaciones y de calidad, infraestructura que según el entrevistado se estrenó un nuevo edificio en 1960.
Fernando Martínez Picado[12], ex funcionario del Banco Nacional en Pérez Zeledón, es una de las personas que más trataron a Jorge en San Isidro de El General. Lo define como una persona con divinidad de ángel, pero verdaderamente humano que tenía los pies muy bien puestos en la tierra y un inmenso corazón para todos.
“En ese tiempo San Isidro de El General era un pueblón donde nos tratábamos principalmente los sectores de trabajadores de la carretera, del hospital, del magisterio, del banco[13] y del fútbol; de ahí que era fácil conocerse más con la gente, o sea éramos una sola familia de amigos y vecinos. Para mí compartir con Jorge fue una lindísima oportunidad, tuve ese privilegio. Hablábamos sin preocuparnos del tiempo y casi siempre en el restaurante “El Jardín.” Jorge siempre traía las palabras a flor de labio y se nos iban las horas hablando de poesía, de la filosofía de Sartre, de Camus y de otros autores que él conocía de sobra. Él era una persona muy accesible, más si el tema que se trataba tenía que ver con su interés. Bajito, de ojos muy grandes para ver el mundo. Era solo corazón, mejor decir un corazón con piernas; una de las personas más humanas que he conocido. Sentados por horas nos tomábamos un par de cervecitas o café y déle a hablar… Me leía sus poemas y los disfrutábamos comentando sobre todo el contenido social que tenía y tiene su poesía.”[14]
Debravo transitó por el San Isidro de antaño cuando el cantón tenía 45.729[15] habitantes y en el distrito primero, San Isidro de El General, había 22.619[16] personas. Fue el tiempo cuando los vehículos se contaban con los dedos de las manos y hasta se arreaban vacas y cerdos en manadas por el centro de la ciudad. Se vivía con escasa civilización. A pie se iba por las calles, caminando a la escuela, a la plaza de fútbol, a la misa…todos y todas a pie, casi en hileras de dos en fondo. San Isidro con doscientos metros de pavimento en los cuadrantes del parque, y la luz eléctrica apenas en el centro de la ciudad. Este ambiente que digo sirvió de mundo completo a la persona poeta de Jorge quien pudo encontrar en cada uno de los pobladores lo que tanto disfrutaba y le hizo conocedor a fondo la pobreza en aquella Costa Rica desdentada y descalza en el valle de El General, donde bastante se enteró de la circunstancia social particular y colectiva que en tanto nutren sus poemas. Jorge amó siempre a su prójimo, por eso los generaleños que lo trataron siendo compañeros de trabajo, amigos o comerciantes, aún sienten su calor humanitario que derrama en su poesía, cualidad distinguible en su libro “Nosotros los hombres”, Premio Nacional de Poesía en 1966.
“Cuando Jorge estuvo con nosotros tenía que desplazarse a pie hasta donde hubiera que atender una inspección. ¡Qué va…! Ahora se tiene la ventaja de la movilización inmediata en carro. Si tenía que ir, por ejemplo a Palmares[17], se le daba el costo de los pasajes en bus. Él cumplía a las mil maravillas y no hacía malas caras si tenía que hacer caminatas largas aquí mismo en la ciudad, por eso digo yo que Jorge conoció de cerca de la gente de aquí porque tuvo mucho contacto con todos en la calle, en el trabajo…, donde fuera.”[18]
El viaje de San José a San Isidro de El General demoraba seis horas en los buses SACSA[19] o MUSOC donde se viajaba en consentimiento mutuo con gallinas, perros, chompipes y hasta cerdos que junto a sus dueños se recogían en el camino. Tampoco faltaban los sacos con frutas u otras mercaderías que para la venta en Cartago o en San José el conductor hacía el favor de trasladar junto con el dueño. Verdaderamente un viaje a San Isidro era cansado por los 136 Km. y el polvazal o el barro empedrado de la carretera apenas con lastre. Debido al estado de construcción y tantos guindos daba espanto mirar hacia el fondo de la hondonada. Jorge hacía el recorrido con alguna regularidad porque “aunque la distancia y haber salido de Turrialba, él nunca nos abandonó. Venía a visitar a sus papás y amigos. Él siguió siendo turrialbeño, caso contrario el de Laureano Albán que se convirtió en un cosmopolita y es muy raro que venga a Turrialba”.[20]
Por aspectos meramente geográficos y por el enlace de carreteras en la ciudad Cartago, se presume que en sus viajes a Turrialba, Jorge y Margarita dejaban el autobús que los trasladaba de San Isidro, ahí en Cartago, luego se dirigían a su tierra natal. Acostumbrado a leer donde estuviera, nos atrevemos a especular que los 136 Km. hasta San Isidro o en viceversa, siempre fue una distancia nada molesta para Jorge Delio que leía con impresionante entusiasmo donde se hallara.
“Viajábamos de madrugada en MUSOC[21]. El día anterior dejábamos todo listo para el viaje. Recuerdo que en el cerro de La Muerte nos daban café y hasta confites morenitos. A Raimundo y a Lucrecia yo los traía bien abrigados con las piyamas de la noche anterior. Después cuando ya habíamos pasado el frío del cerro, poco a poco los iba descubriendo de las ropas que le ponía para del paso con tanto frío”[22]
En su trabajo de Inspector de Leyes y Reglamentos, lo imaginamos yendo de un lado al otro a la pesquisa de trabajadores camuflados alcahueteando la evasiva o morosidad de la empresa; o bien colmado de satisfacción dando el servicio a quienes siempre han creído en esta institución de seguridad social, de ahí que la misma circunstancia laboral se presta para que en su poética se exprese en forma tan viva y elocuente, como si el fervor de un ángel que blandiera su espada de fuego sobre la miseria humana y tratara de destruirla para siempre.[23]
“Recuerdo que una vez llegó un funcionario de la Caja a visitarnos y nos presentó a un muchacho que iba con él. Oigan, no se asusten por el apellido de este señor, nos dijo, todo lo contrario: Él es Debravo pero nada de bravo… Y yo miraba a aquella persona disimulando una sonrisa debajo de sus grandes anteojos, “culos de botella”. Ese día Jorge Debravo nos habló de su responsabilidad laboral y de nuestros derechos y deberes. Fue un día de trabajo que tuvimos esa visita del ahora famoso y tan leído poeta”.[24]
En el principio fueron tiempos de mucho hacer y de batallar con la actitud de los patronos que pensaban de la C.C.S.S. un enemigo de sus ganancias. La aceptación se fue dando poco a poco hasta la conciencia total de lo necesario que es este servicio, aunque todavía hay quienes evaden sus responsabilidades con el trabajador y otros que manipulan recursos de la institución en su beneficio y han recibido regalías por intermediaciones en la compra de materiales; o de quienes pretenden entregarla desarmada a la privatización. Desde siempre ha habido poderosos y vividores en la política, personas que intentan mediante tratados comerciales poner en peligro servicios tan necesarios de esta institución.
“Jorge estuvo con nosotros desde el principio. Ahora es alguien que se esforzó por el deber de cada uno de heredar a la humanidad un legado. Andaba como en otro mundo como esos que llegan a la tierra con una misión totalmente clara y no pierden tiempo haciendo otra cosa que no sea parte de la misión que traen. Vivía en una de las casitas de don Alejandro Soto el boticario, ahí donde hoy día queda el almacén El Diez Menos, después se fue a vivir por el barrio El Prado.” [25]
Del 16 setiembre de 1962 hasta el 30 de noviembre de 1963, trascurre un año, dos meses y catorce días; tiempo corto pero su presencia bien valorada en San Isidro de El General donde dejó a sus amigos y compañeros de trabajo recuerdos para siempre como lo señala Edelberto Barrantes citado por Brenes Papayorgo:[26] “Es una de esas amistades que lo enorgullecen a uno, amistades de esas que son de valor inmenso para la formación de la humilde cultura que uno posee.” Adicionalmente para Edelberto Barrantes también: “Fue el primer artesano de ideas con quien tuve amistad. Su corazón albergaba siempre muy buenos ideales”
º º º
Jorge Debravo practicó la fotografía, sobre todo en familia. Su esposa Margarita y su hija Lucrecia nos cuentan de cómo disfrutaba tomando fotos. Lucrecia nos mostró algunas fotografías que su padre le tomó cuando su edad de niña (fotografías a los seis meses, un año, dos años, cinco años, siete años). Tenía una cámara que aprovechaba captando momentos valiosos que eternizó para su familia.
“Era un poquito así…así, como “raro” diría cualquiera, pero qué interesante conversar con él. Yo le revelaba fotografías en el estudio fotográfico de la FOTO SALAZAR de don Ramón Salazar. Era tan puntual para llegar por sus fotos que me daba una gran vergüenza si no se las teníamos listas. Por eso siempre me preocupaba por tenérselas al momento que llegara. Ahorita viene Jorge por las fotos, me decía, y me apuraba para no quedarle mal, porque su puntualidad era exagerada. Me parece que fue un gran aficionado a la fotografía, porque cuando se las entregaba se quedaba disfrutando en detalle cada una.”[27]
Aquella época de 1962-1963 Pérez Zeledón era un cantón joven de apenas 31 años y Alexander Skutch ya vivía en su finca “LOS CUSINGOS” en Quizarrá. Alfonso Quesada Hidalgo, don y señor del tambito en El General, estaba de profesor en las aulas. Marco Tulio Aguilera Garramuño, apenas adolescente, quizás por ahí merodeando las aulas del Liceo Unesco para luego dejarnos en su “Breve Historia de todas las cosas,” Humberto Gamboa, el Maestro Rural Pensionado, como se definía, ayunado en las comunidades con la creación de escuelas e impulsando la fundación de nuevos distritos. Fue el tiempo aquel oloroso a trapiche y café en angarillas, de electricidad en bombillos pequeños, “bolitas de achiote” luminoso colgando en los cielos rasos. San Isidro de El General con sus abuelas rezando a cantanadas las “salvemarías” detrás de tantos “padrenuestros.” Y el poeta Debravo por ahí… por ahí… poco notable pero haciendo tanto que la inmensidad de hoy se lo acredita a su trabajo de HERMANO para siempre.
SAN ISIDRO DE EL GENERAL EN SU MILAGRO ABIERTO
Cuando leemos a Jorge Debravo en su libro MILAGRO ABIERTO encontramos que en San Isidro de El General Debravo escribió su “DEVOCIONARIO DEL AMOR SEXUAL.” Los doce poemas de este devocionario son un conjunto de plegarias que nos sensibilizan por ese fervor sagrado que significa el sexo; quizás por ello Laureano Albán —compañero de generación— lo hace ver en el prólogo “Horno de Amor” diciendo que: “Jorge quiere orar, levantar esa oración inicial y última que tantos pobremente levantan desde la espalda amarga de un prostíbulo —desde el prostíbulo de sus corazones—“ Y más adelante el mismo Albán agrega: ”Que en las alcobas se consagre esta oración de sembrador y que este “pan nuestro de cada día: el beso”, se hornee alegremente en las manos del hombre, que a siglos Dios lo hornea —día a día—, en sus manos, con la más tibia de sus alegrías.”
El amor sexual en Jorge Debravo toma la más límpida expresión de sinceridad abierta, sexo como la satisfacción bienaventurada que tiene un arado al preparar la sementera donde se abrirá paso la semilla que ha de crecer voluntariosa y buena para seguir adelante con la honrada cosecha del amor. Al poeta no le interesa contradecir el escándalo sexual, o bien el sexo comercial y la depravación que es la negación a la felicidad.
Sobre el poema CARNE ARADA de este mismo devocionario, Yadira Calvo en su libro POESÍA EN JORGE DE BRAVO[28], opina que: “…una y otra vez recurre Debravo a la identidad mujer-tierra y a la figura poética sugerida por la actividad agrícola, aunque consustanciada ésta con el último ser del yo poético.” La mujer en Debravo es tierra honda que se abre jugosa para hospedar el canto de la semilla que con arado y en surcos se ha venido preparando. Ahora mujer tierra, (Madre Pachamama) es total y cumplida como lo consigna el mismo Debravo en “DIÁLOGO DE LA SEMILLA” donde ella resuelta y consumada, solo quiere semillas y semillas, no sin antes haber brotado sueños y besos de su carne para decidirse a la pendiente de la totalidad en unión con su amado por la vida, temblando a sus rodillas. El amor sexual en condiciones devocionarios, nunca será pecado, sí un compromiso con lo sublime y en entremedio Dios, aconsejando en el lecho con sus intenciones suscitadas desde su propia fuente creativa.
Entre poetas, aunque no contemporáneos, se entienden muy bien las cosas. Rainier María Rilke (1875-1926) en su libro CARTAS A UN JOVEN POETA[29] expresa que: “… la gran renovación del mundo tal vez consista en que el hombre y la hembra, libres de todos los falsos sentires y los hastíos, ya no se buscarán como contrarios, sino como hermanos y vecinos, y se reunirán como personas para llevar conjuntamente con sencillez, seriedad y paciencia el arduo sexo que les es impuesto.” ¿Impuesto…? Quizás por el deber eminente de hacerse sentir en la naturaleza que exige a cada especie los espacios necesarios y la rendición de cuentas, procurando la infinitud de la cada variedad, se le impone a cada uno (a) cumplir como es debido procreando lo necesario para la infinitud de las especies. En el devocionario debraviano leemos la responsabilidad sensual y social que tenemos para dar el gusto necesario junto con el encargo completo Este amor sexual en Debravo no es ningún ritual que surge de las necesidades instintivas, todo lo contrario: es una reunión de los sentimientos completamente maduros que hechos pareja actúan en favor de la eternidad terrena; “dioses” que ofrecen en la representación de los cuerpos una: /” Tierra Caliente y dulce para sembrar la fruta / del deseo más hondo; / tierra para llegar a la vida absoluta / y seguir hasta el fondo/”[30]
El DEVOCIONARIO DEL AMOR SEXUAL lo conforman doce poemas, en su orden: 1. Salmo de las madres. 2. Desvestido. 3. Paisaje. 4. Lechos de purificación. 5. Plegaria. 6. Salmo de las tres maderas. 7. Carne arada. 8. Animal de beso. 9. Viudas de sombra. 10. Salmo a la tierra animal de tu vientre. 11- Alianza. 12. Diálogos de la siembra.
“Jorge escribió el Devocionario del amor sexual en Pérez Zeledón”[31], le sobraban las razones para hacerlo; tenía su “armamento poético” necesario, y San Isidro de El General le ofreció la cantera inexcusable para que el poeta acopiara la inspiración precisa y nos anunciara que: “Hay maderas oscuras y profundas como tus ojos y tus cabellos. / Porque tus ojos y tus cabellos son como esas maderas profundas y charoladas. /[32] En este poema hay un símil permanente donde la belleza de las maderas y el cuerpo total de la mujer se convierten en llaves vibratorias de los olores, sabores y colores; de texturas y formas dando ese tono largo y musical tan dotado y abierto de hermosura. Versos de métrica libre y rima asonante casi accidental. Salmo de desenvolvimiento sensorial infinito en el restringido espacio físico del renglón, porque el amor sexual es “una nota musical y perfecta como el sonido que dan ciertas maderas cuando son trabajadas”.
Cuando Debravo favoreció al pueblo con su presencia en el valle de El General yo tenía cerca de diez años de edad y no pude darme cuenta que en las calle de mi pueblo andaba él caminado, mirando, gustando, oyendo…Era tiempo de la explotación de los bosques a enormes cantidades. La frontera agrícola daba con el último bosque primario en tierra. Vimos como en los aserradores Zúñiga, Peña-Saborío y Barrantes Blanco(cerca de mi barrio) día con día se aserraban trozas y ramas de los árboles. Al pasar cerca del aserradero se oían la sierra vertical sosegando a las maderas que nunca dejaron de quejarse y soltar sus resinas como en cantos de sirenas sangrantes, y la sabia resbalando y el aroma de sus olores vivos, algunos amargos, los otros dulces dentro de la humedad de los inviernos y las tormentas electrizantes. Debravo anduvo por ahí. Posiblemente lo vi poniendo sus manos en esos cuerpos desnudos y rosados de las trozas del ira rosa, o sobre el charol del cenízaro, el cocobola y el cristóbal, u oliendo el cedro amargo. Si Jorge no estuvo ahí en los aserraderos, ahora lo imagino como un peón de carpintería, disfrutando de las maderas recias y macizas el jugo dulce y la nota musical que nos dejó amando.
En el conjunto de poemas del DEVOCIONARIO DEL AMOR SEXUAL, el poeta muestra todas sus habilidades estructurales. El soneto de métrica endecasílabo y alejandrino, cuartetos, poemas de verso libre, en fin son veinte páginas de ardor sensiblemente humano donde Debravo antes de entregarse por completo a sus poemas, ora diciendo: “y dadnos el pan nuestro/ de cada día: el beso/ que reanuda los cuerpos desatados: / lo piden nuestras manos, / nuestros huesos, / nuestros cuerpos ansiosos y curvados.”
Doce poemas que más que poemas son súplicas y a la vez jaculatorias donde se evidencia su total entrega al acto de amar y hacernos conciencia de la responsabilidad del sexo en la creación del mundo. Son objeto de su expresión las maderas que oscuras y profundas igualan los ojos y cabellos de su amada; la noche que atrevida y oscura, deseosa y apenumbrada despoja a los apasionados amantes de toda prenda del vestuario; en fin desfilan los lechos como países deliciosos y la plegaria de un andante buscando a media noche a la amada, que vuelva ya que parece morir de entusiasmo. El poeta en su lecho ora junto al Salomón bíblico: “En mi lecho, por la noche/ busque al amor de mi alma. / lo busqué y no lo encontré.”[33]
En este devocionario de Jorge hay una fiesta de amor que sube y responde desde todas las zonas eróticas posibles del cuerpo humano, que es tierra, que es cielo, que es el campo de ofensiva vuelto dolor y de pronto es gozo, placer responsable, caricia donde solo vibra el músculo agitado, oración para el lecho y las viudas que aman a sus muertos como un castigo que ni la muerte ha sido capaz de liberarlas: “Las viudas que se mueren en su traje de luto / son esos nubarrones que de noche negrean: / crecen entre la sombra como un enorme fruto / y en las lluvias de octubre lloran y cuchichean”. / Estas mujeres u hombres viudos que dejan pasar el tiempo sobre el tiempo, después de muerta su pareja, se entregan a los votos de castidad y egoístas con la vida creen pasar de la batalla al triunfo tan solo por su prohibición a la entrega: /Por eso —dice Debravo al final del poema VIUDAS DE SOMBRA— muchas veces soñamos, asustados, que nos punzan el pecho dos pezones helados / y duerme con nosotros una mujer extraña. /
Es evidente que “La cotidianización y el empleo del lenguaje religioso para exaltar el valor divino del amor humano, ya sea en su vertiente sexual, ya en la social, es constante en la poesía de Jorge Debravo.”[34] Con base en esta constante obtiene el poeta la belleza y el entusiasmo que tanto necesita el lector para que el texto se identifique con su propia experiencia. A pesar de las formas tradicionales el lector se identifica, por ello el poeta se vuelve popular, de familiaridad con todos los estratos sociales, principalmente con los desposeídos y quienes ruegan con sus plegarias por un amor que les satisfaga consigo mismos.
“Jorge tuvo la virtud de que lo que escribió lo entiende toda la gente. Lo entiende el humilde, lo disfruta el culto, el erudito, la persona sencilla, todos lo entendemos por esa capacitad que tuvo de decir sus poemas para toda la gente”[35] El sentir de Luis Carlos Díaz, compañero de Jorge Debravo en el Colegio (1957) es el sentir de los lectores de este poeta. No existió en Debravo la desventaja de algunos que para distinguirse, erróneamente optan por un lenguaje elitista, nada inteligible para humildes y sencillos, separándose el compromiso social que conlleva la responsabilidad comunicativa con el arte de la poética.
La comunidad lectora opina por una inmortalidad literaria de Jorge Debravo, poeta que supo abrirse con su lenguaje sencillo, abundante de esperanza y mansedumbre en otros momentos y atrevido hasta el señalamiento sermoniano, sin dejar espacio a quienes intenten salvaguardarse. Todos estamos presentes en el abrazo fraternal que nos extiende Debravo en toda su poesía, que es ritmo, que es belleza, que es protesta, que es esperanza y tanto más que suman las necesidades humanas.
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Ya casi se cumplen 44 años de su presencia como trabajador de la C.C.S.S. en San Isidro de El General y todavía se le tiene presente como si hoy fuera la misma fecha aquella. Se pronuncia su nombre, se lee en las aulas, se declaman sus poemas en escenarios; se cantan sus versos con las voces de los nuevos muchachos y muchachas, igualmente los cantantes de experiencia, como José Calderón y Jorge Isaac Vargas; porque Debravo echó anclas para siempre en las almas de los generaleños que estiman su trabajo, por lo fácil y agradable que resulta leerlo con su lenguaje tan cierto y sencillo.
La tierra generaleña, ha recibido motivación e impulso de distintas personalidades que con su ejemplo y trabajo han dejado huellas imborrables, del mismo modo la literatura con algunos con su presencia solo de paso, como Debravo y Aguilera Garramuño. Otros con trabajos específicos en talleres literarios, caso de Fernando Herrera, Iris Valverde, Iván Moreno, José Antonio Valverde, Hernán Cruz. Otros, en solitario produciendo hasta su muerte, caso de Alexander Skutch y Humberto Gamboa. Sumo a estos la presencia de quienes visitan la comunidad para generar ideas y aumentar la dicha en quienes aprovechan su presencia en beneficio de la calidad y el compromiso que se requiere para hacer notar un pueblo en el campo de la literatura. Las visitas de Julieta Dobles, Alfonso Chasse, Mayra Jiménez, Fernando Contreras, Laureano Albán, Rodrigo Soto, Luis Ferrero, entre otros; sumados estos y estas a connotados académicos del Instituto Tecnológico, como Gabriel Vargas, Teresita Zamora, Maritza Prado; del mismo modo la participación y el impulso de la Sede Brunca de la Universidad Nacional que en su momento (y en el presente) acogió en su regazo al Taller Literario Pablo Neruda, ente que desde 1978 produjo toda concienciación y producto artístico-literario en el valle de El General.
BIBLIOGRAFÍA CITADA Y OTRAS FUENTES.
—Brenes P. Magda. “JORGE DEBRAVO: LEGITIMACIÓN Y PERMANENCIA”. (Tesis sometida a la consideración de la Comisión del Programa de Estudios de Posgrado en Literatura Hispanoamericana para optar al grado de Magíster Literarum) Ciudad Universitaria “Rodrigo Facio” Costa Rica. 1990
—Calvo F. Yadira. POESÍA EN JORGE DEBRAVO. M.C.J.D. Dirección de Publicaciones. San José, Costa Rica. 1980
— Calvo F. Yadira. HOMENAJE A JORGE DEBRAVO CIERTO SABER DE ETERNIDAD. Revista electrónica CULTURACR.COM nº 8 Año2. Costa Rica 2007.
—Debravo J. NOSOTROS LOS HOMBRES. E.C.R. San José, Costa Rica. 2001.
—Debravo, J. MILAGRO ABIERTO. E.C.R San José, CR.2001.
—La Biblia Jerusalén. . CANTAR DE LOS CANTARES. Capítulo 3, versículo 1.Editorial DescleéDeBrouwer, S.A.1998.
—Ministerio de Economía, Dirección General de Estadística y Censos. ANUARIO ESTADÍSTICO DE COSTA RICA 1962 .Sección de Publicaciones. San José. Costa Rica 1963-Fórm. 484-2000.
—Rilke, R. María. CARTAS A UN JOVEN POETA. Libros Hiperión. España 2004. (P. 59)
— Vargas A. G. ANTOLOGÍA, SOLIDARIDAD Y AMOR POR LA PATRIA”. Instituto Tecnológico de Costa Rica. I SEMESTRE DE 2007. (p.25)
DOCUMENTOS:
Jiménez C. Daysi. Jefa de Sub Área de Administración Salarial C.C.S.S. Oficio S.A.S – 1822-2007. San José. Junio 2007.
Periódico EL GENERALEÑO. Segunda edición. Diciembre, 1963.
[1] Dato suministrado para este trabajo en la Dirección de Recursos Humanos de la C.C.S.S. Oficio S.A.S – 1822-2007
[2] IDEM,
[3] Fecha que dan inicio las labores del Hospital San Isidro en las instalaciones del campamento que dejó la compañía constructora La Martin, empresa que construyó la carretera a Dominical y parte de la Carretera Interamericana, el fragmento de San Isidro a la comunidad La Ese del mismo cantón.
[4] Briceño M. Norma. Conversación personal, 20 de junio de 2007. Según la Dirección de Recursos Humanos de la C.C.S.S. Debravo trabajó en San Isidro de El General 16-09-1962 hasta 31-11-1963. (Documento S.A.S..1822-2007.)
[5] Lilliana Prada. Conversación personal. 28 de mayo de 2007.
[6] Rojas A. Adolfo. Conversación personal, 28 de mayo, 2007.
[7] Martínez E., Ulises. (Conversación personal. 29 de mayo de 2007.
[8] Debravo deja de laborar para la C.C.S.S en San Isidro de El General el 30 de noviembre de 1963. Si hubiese seguido entre los generaleños, creemos que el periódico no se habría extinguido tan rápido.
[9] M. Salazar. Conversación personal. 24 de julio de 2007. Nota: En ocasión de esta entrevista con Margarita Salazar, tuvimos oportunidad de conocer un ejemplar de EL GENERALEÑO, segunda edición de diciembre de 1963.
[10] Fragmento del poema “HERMANO” citado completo por Gabriel Vargas en el trabajo “ANTOLOGÍA, SOLIDARIDAD Y AMOR POR LA PATRIA”. Instituto Tecnológico de Costa Rica. I SEMESTRE DE 2007. (p.25)
[11] Díaz Luis Carlos. Conversación personal. 15 de julio 2007. San Isidro de El General.
[12] Fernando Martínez Picado, “Chencho” (como se hace llamar porque así lo quiso el pueblo y sus amigos) trató a Jorge Debravo de tú a tú. Ambos de origen cartaginés, Jorge de Turrialba y Fernando de Paraíso. Los dos llegados para servir al pueblo, el uno en la C.C.S.S. el otro en el B.N.C.R.
[13] El Banco Nacional inicia laborares desde principios de la década de los años cuarenta con las distinguidas Junta Rural de Crédito Agrícola. En 1960 ya funciona una agencia de este banco en San Isidro de El General.
[14] Martínez P. Fernando. Conversación personal, 29 de mayo de 2007.
[15] Ministerio de Economía, Dirección General de Estadística y Censos. Anuario Estadístico de Costa Rica 1962.Sección de Publicaciones. San José. Costa Rica 1963-Fórm. 484-2000. Según el Departamento de Estadísticas del Hospital Escalante Pradilla, en el año 2005 Pérez Zeledón tenía 132.270 habitantes.
[16] En aquel tiempo el distrito San Isidro de El General comprendía también en su extensión los ahora distritos: Barú, Páramo y Río Nuevo que crearon como distritos en la administración Monge Álvarez (1982-1986)
[17] Principal centro de población del distrito Daniel Flores. La distancia entre San Isidro de El General y Palmares se estima en 8 km.
[18] Briceño M. Norma. Conversación personal. 28 d e mayo de 2007.
[19] SACSA permitía que los pasajeros viajaran con sus cargas de frutas, granos, animales u otros. En MUSOC se hacía pero con mayor restricción.
[20] Aguilar, Marco. Poeta turrialbeño, compañero de Jorge Debravo desde la adolescencia. CONVERSACIÓN PERSONAL, diciembre de 2005.
[21] Empresa transportista que acarrea pasajeros de la ruta San José-San Isidro de El General y viceversa. SACSA fue otra empresa de capital cartaginés que dio este servicio a los generaleños. MUSOC inicia labores en el año 1960. Según Hugo Sáenz, a quien se entrevistó para este asunto de la Sociedad MUSOC. El señor Sáenz indica que las siglas de MUSOC, se originan de los apellidos de los tres socios fundadores, MU (Murillo). SO (Solano) C (Corrales)
[22] M. Salazar. Conversación personal, 24 de julio 2007.
[23] Echeverría L., Arturo. La poesía Social de Jorge Debravo, prólogo en el libro Nosotros los hombres. E.C.R. San José, Costa Rica. 2001.
[24] Navarro, T. Conversación personal. Abril, 2007.
[25] Rojas A., Adolfo. Conversación personal 28 de mayo de 2007.
[26] Brenes P. Magda. “JORGE DEBRAVO: LEGITIMACIÓN Y PERMANENCIA”. (Tesis sometida a la consideración de la Comisión del Programa de Estudios de Posgrado en Literatura Hispanoamericana para optar al grado de Magíster Literarum) Ciudad Universitaria “Rodrigo Facio” Costa Rica. 1990.
[27] Abarca J. Elvia. Conversación personal, abril 2007.
[28] Calvo F. Yadira. POESÍA EN JORGE DEBRAVO. Ministerio de Cultura Juventud y Deportes. San José, Costa Rica, 1980
[29] Rilke, R. María. CARTAS A UN JOVEN POETA. Libros Hiperión. España 2004. (P. 59)
[30] Versos del DEVOCIONARIO DEL AMOR SEXUAL, título: “SALMO A LA TIERRA ANIMAL DE TU VIENTE” (P. 77), MILAGRO ABIERTO. E.C.R San José, CR.2001.
[31] M. Salazar. Conversación personal. 24 de julio 2007.
[32] versos del “Salmo de las maderas”. P.76, Milagro abierto. E.C.R, San José, CR. 2001.
[33] CANTAR DE LOS CANTARES. Capítulo 3, versículo 1.
[35] Díaz Luis Carlos. Conversación personal. 15 de julio 2007. San Isidro de El General.